Confesiones de Victoria

Published on January 2017 | Categories: Documents | Downloads: 37 | Comments: 0 | Views: 210
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Tu posición y victoria en Cristo Jesús
Por virtud de la gracia de Dios soy una nueva criatura en Cristo Jesús, las cosas viejas
pasaron, y todas son hechas nuevas. Yo soy la obra maestra de Dios, y fui creado en
Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviera
en ellas. Por gracia soy salvo y ahora soy la justicia de Dios en Cristo. Para mí no hay
más condenación porque estoy en Cristo Jesús, y no ando conforme a la carne, sino
conforme al espíritu. Por medio de la sangre de Cristo tengo redención, el perdón de
pecados; y por lo tanto Dios me ha librado de la potestad de las tinieblas y trasladado al
reino de su amado Hijo. No soy de este mundo, ni estoy controlado por las leyes de este
mundo. Pecado, muerte, enfermedad y pobreza no tienen poder sobre mí porque el
Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado del pecado y de la muerte.
Ahora estoy sentado con Cristo Jesús en lugares celestiales sobre todo principado, y
autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no solo en este siglo,
sino también en el venidero. Yo tengo victoria porque tengo la fe que ha vencido al
mundo. Satanás, yo tengo toda autoridad sobre ti, y en el nombre de Jesús destruyo
todas tus obras. Yo tengo el nombre de Jesús, que es el nombre sobre todo nombre y en
ese nombre someto todas las cosas bajo los pies de Cristo. Yo soy un creyente que
camina por fe, y no por vista. Estas señales me siguen: En el nombre de Jesús yo hablo
en otras lenguas, en el nombre de Jesús echo fuera los de demonios. En el Nombre de
Jesús nada que yo coma me dañará, en el nombre de Jesús pongo las manos sobre los
enfermos y sanarán.

Liberación del temor y fortaleza diaria
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida,
¿de quién he de atemorizarme? Jehová es mi pastor, y aunque ande en valle de sombra
de muerte no temeré mal alguno, porque El está conmigo, su Palabra y su Espíritu me
infunden aliento. No tengo temor porque el perfecto amor de Dios ha echado fuera el
temor. Dios no me ha dado espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio.
Como yo habito al abrigo del Altísimo y moro bajo la sombra del Omnipotente, Jehová
me libra del lazo del cazador y de la peste destructora. Pues a sus ángeles Él envía para
que me guarden en todos mis caminos, los ángeles me llevan en sus manos para que mi
pie no tenga tropiezo. No tendré temor porque el ángel de Jehová acampa a mi alrededor
y me defiende de todo mal. ángeles de Dios cuídenme y protéjanme en este día en el
nombre de Jesús.
Con justicia yo soy adornado y estoy lejos de opresión, y el temor no se acercará a mí.
El que conspire contra mí, delante de mí caerá, y ninguna arma forjada contra mí
prosperará, porque mayor es el que está en mí que el que está en el mundo. Como yo
temo a Jehová y en sus mandamientos me deleito en gran manera; mi corazón está
asegurado y no temeré. No tendré temor de malas noticias porque mi corazón está firme
confiado en Jehová. Rehúso la preocupación y la ansiedad porque Dios tiene especial
cuidado de mí, y El me cuida como la niña de sus ojos. Por nada estoy afanoso, sino que
mis peticiones son conocidas delante de Dios con toda oración y súplica con acción de
gracias. La paz de Dios, la salvación de Dios, la protección de Dios, la salud de Dios, la
prosperidad de Dios, guarda mi corazón y mi mente en Cristo Jesús. En este día estoy

seguro y no temo a demonios, no temo a hombres, no tema o circunstancias porque el
gran Shaddai está conmigo, y no desmayo porque el Todopoderoso es mi Dios; Él me
esfuerza, El siempre me ayuda, y El siempre me sustenta con la diestra de su justicia.
Todo lo puedo en el Cristo, el Ungido que vive en mí, El es un dinamo de energía que
me fortalece.

Sabiduría y dirección diaria
Yo tengo la mente de Cristo y soy guiado por el Espíritu Santo. Estoy en las manos del
Buen Pastor y nada ni nadie me puede sacar de su mano. Nunca confío en mi propia
prudencia, sino que confío en Jehová de todo corazón y El endereza mi camino. Yo soy
un hijo de Dios y soy guiado por el Espíritu Santo. El Espíritu Santo, el Espíritu de
verdad, me guía a toda verdad y me hace saber las cosas que han de venir. Yo soy sabio
porque Cristo está en mí, la esperanza de Gloria, y El me ha sido hecho por Dios
sabiduría, justificación, santificación y redención. El Padre de gloria me da espíritu de
sabiduría y revelación en el conocimiento de Cristo. Los ojos de mi espíritu están siendo
alumbrados por el Espíritu Santo, para que yo sepa cual es la esperanza a que El me ha
llamado, cuales son las riquezas de la gloria de su herencia en los santos, y cuál es la
supereminente grandeza de su poder para los que creemos.
Yo pongo la Palabra de Dios en primer lugar en mi vida porque ella es mi fuente de fe y
sabiduría. Yo no me conformo a este mundo, sino que soy trasformado por medio de la
renovación de mi mente, y recibo la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. La
Palabra de Cristo mora en abundancia en mí en toda sabiduría. Yo estoy atento a la
Palabra de Dios. Mis ojos no se apartan de la Palabra y la guardo en mi corazón. He
hallado la Palabra de vida y ella es medicina a todo mi cuerpo. Por la fe en la Palabra de
Dios tengo el poder para hacer todas las cosas, y puedo recibir todas las promesas de
Dios. Yo creo que Dios puede hacer todas las cosas mucho mas abundantemente de lo
que yo pido o entienda según el poder que actúa en mí.

Tu prosperidad y provisión
Jehová es mi Pastor y nada me faltará. Ahora soy un hijo de Dios, heredero de Dios y
coheredero con Cristo. Doy gracias al Padre que me hizo apto para participar de la
herencia de los santos en luz. Estoy bendecido con toda bendición en Cristo en lugares
celestiales. Yo hago prosperar mi camino, y todo me sale bien porque medito en la
Palabra de Dios noche y día. Todo lo que yo hago prospera, y soy como un árbol
plantado junto a corrientes de aguas. Cristo me redimió de la maldición de la ley, Cristo
me redimió de la muerte espiritual, Cristo me redimió de la enfermedad, y Cristo me
redimió de la pobreza. Yo soy la simiente de Abraham, sigo las pisadas de la fe de
Abraham, y soy heredero de Abraham según la promesa. Yo conozco la gracia de mi
Señor Jesucristo, que por amor a mí se hizo pobre, siendo rico, para que yo con su
pobreza fuese enriquecido. Yo temo a Jehová y me deleito en su Palabra en gran
manera, y por eso bienes y riquezas hay en mi casa.

Siempre me acuerdo de Jehová mi Dios, porque El me da el poder para hacer las
riquezas a fin de confirmar su pacto con Abraham, Isaac y Jacob. Como soy un
diezmero fiel, no estoy bajo maldición; las puertas de los cielos están siempre abiertas
sobre mí, Dios envía sobre mí bendición hasta que sobreabunde, y Dios reprende al
devorador de mis finanzas. Yo siembro abundantemente y cosecho abundantemente al
ciento por uno. Yo he dado y me será dado: medida buena, apretada, remecida, y
rebosando darán en mi regazo; porque con la misma medida que yo mido, me vuelven a
medir. Soy un dador alegre y el Poderoso Dios hace que abunde en mi toda gracia, a fin
de que teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, yo abunde para toda
buena obra. Dios me da semilla y yo siembro sin detener mi mano, y estoy enriquecido
para toda liberalidad. Por esta razón soy un imán que atrae las riquezas del pecador a
mis manos.
Mi Dios suple todo lo que me falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Dinero viene de todas las direcciones, y estoy libre de deudas. Tengo más que suficiente
para gastar, y dar, y mucho más para guardar. Canten y alégrense los que están a favor
de mi justa causa, y digan siempre: Sea exaltado Jehová, quien tiene placer en la
prosperidad de su siervo. Como yo obedezco y sirvo a Dios acabaré mis días en
prosperidad y mis años en dicha. Oh Jehová, sálvame ahora, te ruego que me hagas
prosperar ahora. Dinero viene para mí ahora, aumento viene para mí ahora, promoción
viene para mí ahora, abundancia viene para mí ahora. El favor de Dios está sobre mí
ahora. En el nombre de Jesús.

Salvación y protección de tu familia
Yo creo en el Señor Jesucristo, y yo mi casa somos salvos y todos servimos a Jehová.
Yo creo la Palabra de Dios que su bendición está en la casa del justo. Mi cónyuge y mis
hijos son bendecidos por Jehová. Yo no engendré hijos para maldición. sino para
bendición. Mi descendencia será poderosa en la tierra, porque la generación de los
rectos será bendita y heredará la tierra. Mis hijos son enseñados por Jehová y grande es
la paz de mis hijos.
Mis hijos cumplen el propósito de Dios para sus vidas y son instrumentos de bendición
para el Reino de Dios. Yo declaro que mis hijos son santos, son sabios, son ungidos, son
saludables y son prósperos. El favor de Jehová está sobre ellos, y Dios le abre puertas
para alcanzar el favor de los hombres. Mis hijos honran a sus padres, todo le irá bien y
tendrán larga vida sobre la tierra. Ningún mal, ninguna enfermedad, ninguna tragedia
alcanzará a mis hijos porque ellos son la herencia de Jehová.

Control de tu cuerpo y andar espiritual
Yo soy el templo de Dios y el Espíritu Santo mora en mí. Mi cuerpo es un instrumento
de justicia y sanidad. Presento mi cuerpo como un sacrifico vivo, santo y agradable a
Dios. El pecado no se enseñorea más de mí porque estoy bajo la gracia y Cristo es mi
Señor. Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí;
y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo por la fe del Hijo de Dios, quien me amó y se

entregó a sí mismo por mi. Por fe yo disciplino mi cuerpo en sus apetitos y lo pongo
bajo servidumbre a mi espíritu. Yo soy de Cristo y he crucificado la carne con sus
pasiones y deseos. Me he desvestido del viejo hombre y me he vestido del nuevo
hombre creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
Ninguna palabra corrompida sale de mi boca, sino la que es buena para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Yo no contristo al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fui sellado para el día de la redención. Yo ando como es digno del Señor,
agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento
de Dios. Estoy fortalecido con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda
paciencia y longanimidad.
Jehová Dios es mi Sanador y por las heridas de Jesús yo fui sanado. Toda enfermedad,
todo germen, todo virus, y toda bacteria que venga contra mi cuerpo, muere al instante
por la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús que mora en mí. Ninguna plaga tocará mi
morada ( mi cuerpo, mi casa, mi familia están seguros) porque el poder sanador de
Cristo Jesús mora en mí. El mismo Espíritu que levantó a Cristo de los muertos vivifica
mi cuerpo con su vida de resurrección, con salud, con energía, y con vida abundante,
vida excitante y eterna. Con larga vida Dios me sacia y me muestra su salvación.
Ciertamente el bien y la misericordia de Jehová me seguirán todos los días de mi vida, y
en la casa de Jehová moraré por largos días.

La victoria de tu iglesia
Mi iglesia (puedes decir aquí el nombre de tu iglesia) es edificada por Cristo y las
puertas del infierno no prevalecen contra ella. El Espíritu Santo da dirección y sabiduría
a los líderes y a todos sus miembros. Los miembros de esta iglesia son santos, sanos,
prósperos, y fieles a la visión de llenar la tierra con la gloria de Dios. Cada día el Señor
añade a mi iglesia los que han de ser salvos. Las multitudes están llegando del norte, del
sur, del este y del oeste. Ángeles de Dios traigan la cosecha de almas. Traigan los
heridos, los necesitados, los pobres, los enfermos; para que sean sanados, restaurados, y
prosperados por el poder de la Palabra y el Espíritu Santo. Declaro que la iglesia está
llena a capacidad en cada uno de los servicios; y cada silla está ocupada por una persona
fiel, salva, llena del Espíritu, dadora, y comprometida con la iglesia. Una multitud de
personas (puede confesar la meta de crecimiento de tu iglesia) están viniendo a esta
iglesia, de todos los niveles sociales.
En esta iglesia no hay división, sino amor, comunión y unidad, entre todos los grupos
que la componen. Declaro que las miles de almas que vienen se comprometen con la
iglesia, perseveran y trabajan ardientemente en el ministerio de esta gran iglesia. Mi
iglesia es un centro de sanidad y de milagros donde las señales y las maravillas suceden
en cada servicio. Los paralíticos saltan de las sillas de ruedas, los ciegos ven, los sordos
oyen, y los endemoniados son liberados por el poder de Dios. Mi iglesia es una iglesia
próspera, está libre de deudas, posee las propiedades que necesita para ejercer su
ministerio, y tiene abundantes finanzas para financiar la extensión del Reino de Dios.
Yo tengo el poder para atar y desatar. Lo que ato en la tierra es atado en los cielos, y lo
que desato en la tierra es desatado en los cielos. Ahora en el nombre de Jesús yo ato a

todos los principados, a todas las potestades, a todos los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, y a todas las huestes de maldad en las regiones celestes; que se oponen al
éxito, progreso y prosperidad de mi iglesia. Y ahora desato espíritu de salvación,
sanidad, y prosperidad sobre cada uno de los miembros de esta iglesia, y sobre el pastor
y su familia. Será como lo he dicho, porque todo lo que yo diga me será hecho. En este
día estoy ungido para hacer la voluntad de Dios, estoy ungido para destruir las obras del
diablo, estoy ungido para bendecir la humanidad, y estoy ungido para edificar la Iglesia
del Señor Jesucristo. Amén.

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