Leonard Cohen - Democracia

Democracia
Viene por un agujero en el aire,
de aquellas noches en la Plaza de
Tiananmen.
Viene de la sensación
de que no es exactamente real,
o es real, pero no exactamente
aquí.
De las guerras contra el desorden,
de las sirenas noche y día;
de los fuegos de los indigentes,
de las cenizas de los
homosexuales:
la democracia llega a Estados
Unidos.
Viene por una grieta en la pared,
en un visionario torrente de
alcohol;
del pasmoso informe
del Sermón de la Montaña
que no pretendo entender lo más
mínimo.
Viene del silencio
en el muelle de la bahía,
del bravo, el intrépido, el abollado
corazón del Chevrolet:
la democracia llega a Estados
Unidos.
Viene del dolor en la calle,
de los santos lugares donde las
razas se juntan;
de la bronca homicida
que se desarrolla en cada cocina
para decidir quién sirve y quién
come.
De los pozos de la decepción
donde las mujeres se arrodillan a
rezar
por la gracia de D-s en este
desierto
y en el desierto lejano:
la democracia llega a Estados
Unidos.

¡Navega, navega
oh, poderoso barco del Estado!
hasta las orillas de la Necesidad
más allá de los Arrecifes de la
Codicia
bajo las Tormentas del Odio.
¡Navega, navega!
Llega primero a América,
la cuna de lo mejor y lo peor.
Aquí está el campo de pruebas
y la maquinaria para el cambio
y aquí también la sed espiritual.
Aquí es donde la familia está rota
y aquí es donde los solitarios dicen
que el corazón tiene que abrirse
de una manera fundamental:
la democracia llega a Estados
Unidos.
Viene de los hombres y las
mujeres.
Oh, nena, haremos el amor otra
vez.
Llegaremos tan profundo
que el río llorará,
y la montaña gritará: ¡Amén!
Viene como una ola gigantesca
bajo la influencia lunar,
imperial, misteriosa,
en amorosa formación:
la democracia llega a Estados
Unidos.
¡Navega, navega
oh, poderoso barco del Estado!
hasta las orillas de la Necesidad
más allá de los Arrecifes de la
Codicia
bajo las Tormentas del Odio.
¡Navega, navega!
Soy un sentimental, no sé si me
entiendes:
amo este país, pero no soporto la
vista.

Y no estoy a la derecha ni a la
izquierda,
esta noche simplemente estoy en
casa,
perdido en esa pequeña pantalla
imposible.
Pero soy terco como esas bolsas

de basura
que el Tiempo no puede destruir.
Soy un trasto pero aún sostengo
este loco ramillete:
la democracia llega a Estados
Unidos.